Variedad de calcedonia que los griegos llamaban sardio. Piedra preciosa (Ap. 4:3) constituyendo el sexto cimiento de la Nueva Jerusalén (Ap. 21:20). Los antiguos llamaban sardiones a dos tipos de piedras, que distinguían por su color: La variedad de un rojo transparente, que es asimismo una cornalina, pero para la que se reserva el nombre de sardio. Plinio dice que los sardios se hallaban cerca de Sardis, de donde procedía el nombre, pero que las variedades más bellas procedían de Babilonia. En la actualidad, las cornalinas más bellas proceden de la India. Algunas proceden de Arabia. Es posible que los antiguos hebreos las consiguieran de este último país.

En el AT, el término sardio traduce el heb. «'õdem», piedra enrojecida; figuraba como primera piedra en la primera hilera del pectoral (Éx. 28:17). El rey de Tiro se adornaba con ella (Ez. 28:13, «cornerina»). Hay exegetas que opinan que se trata de rubíes, pero la LXX traduce «'õdem» como sardio.

Véase PIEDRAS PRECIOSAS.


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