(del griego: «secundariamente canónicos»).

Expresión usada por primera vez por Sixto Senense (1569) y que es el calificativo que los exegetas católico-romanos dan a aquellos libros que las versiones católicas tienen de más respecto del canon hebreo y protestante.

Los protestantes los denominan apócrifos.

El problema se presenta únicamente para el Antiguo Testamento, puesto que para el Nuevo todos los cristianos aceptan como inspirados solamente 27 libros.

Webster define estos libros, que Roma ha puesto en el mismo nivel que el resto de las Escrituras a partir de Trento, como «un segundo canon de escritos eclesiásticos con menos autoridad que los Libros Sagrados».

Estos libros deuterocanónicos son:

Tobías,

Judit,

Sabiduría,

Eclesiástico,

2 Esdras,

1 y 2 Macabeos.

En el Nuevo Testamento la Iglesia de Etiopía llegó a contar como canónicos 35 libros, mientras la de Siria admitía solamente 22. Pero oficialmente hoy la aceptación de 27 en el Nuevo Testamento es unánime para los efectos canónicos. (Véanse APÓCRIFOS, BIBLIA, CANON)


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