En esta postura, la Iglesia es arrebatada a la mitad de la tribulación. Se asumen varios de los supuestos del postribulacionismo, pero se considera que el arrebatamiento está marcado en Ap. 11:12, 15, identificando a los dos testigos como un símbolo de los dos grupos de cristianos, los vivos y los muertos. Se asume también que la «última trompeta» de 1 Co. 15:52 es la misma que la séptima trompeta de Ap. 11:15, que suena en medio de la tribulación.

Véase TRIBULACIÓN (GRAN).


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