(gr. «hilasmos», del verbo «ser propicio»).

La propiciación denota, en las Escrituras, aquel aspecto de la muerte de Cristo en el que vindicó el carácter santo y recto de Dios, y en virtud del cual Él puede ser propicio, o misericordioso, a todo el mundo (1 Jn. 2:2; 4:10).

En He. 2:17 se usa una palabra relacionada (el verbo), «expiar los pecados del pueblo», en la versión Reina-Valera, revisión antigua y 1960, o «hacer propiciación» (rev. 77; V. M.; cfr. «Nuevo Testamento interlineal griego-español» de F. Lacueva, loc. cit.).

En Ro. 3:25 el término no debería ser «propiciación», sino «propiciatorio», tal y como se traduce correctamente en He. 9:5.

Véase EXPIACIÓN y la bibliografía correspondiente.


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