Estos dos libros no formaban al principio más que uno; su división procede de la LXX. En el canon hebreo figuran entre los escritos llamados «Profetas anteriores», cuyos relatos llevan desde la muerte de Moisés hasta la cautividad. Los libros de los Reyes tienen como objeto exponer las lecciones espirituales que emanan de la historia de la monarquía a partir de la accesión de Salomón. Este redactor, sumamente influenciado por el libro de Deuteronomio destaca las causas morales y espirituales de la expansión y de la ruina del reino (cfr. 2 R. 17). Da a cada reinado una valoración desde el punto de vista religioso. Los reyes buenos son aquellos que obedecen la Ley, siendo fieles al pacto con su Dios combatiendo la idolatría y siguiendo el ejemplo de David; los reyes malvados (especialmente los de Israel) son los infieles al pacto, «andando en el camino de Jeroboam» (cfr. 1 R. 15:11; con 1 R. 15:26, 34, etc.). Son pocos los soberanos que, apareciendo en la historia profana y la arqueología, ocupen algo de espacio en el texto sagrado: Omri, 6 vers. (1 R. 16:23-28), Jeroboam II, siete vers. (2 R. 14:23-29). Los caracteres importantes desde el punto de vista espiritual son descritos minuciosamente. Hay dos dramáticas crisis que marcan un punto de inflexión en este período: la victoria de Elías sobre los profetas de Baal en el reino del norte, y la intervención de Joiada en Jerusalén, salvando al rey Joás y eliminando a la usurpadora Atalía, precisamente en el momento en que ella estaba tratando de lograr la victoria para el paganismo fenicio. Los libros de los Reyes nos dan a conocer la época de los grandes profetas hasta Jeremías. Completan de una manera indispensable los mensajes de estos grandes hombres de Dios. Una parte de sus relatos se retoma en 1 y 2 Crónicas, desde otra perspectiva. Las enseñanzas que se consiguen por estas perspectivas complementarias tienen un gran valor.

En lo que respecta a la redacción, el relato de 1 y 2 Reyes, que abarca más de 400 años, se basa en los de historiadores y cronistas precedentes. Los libros de Reyes se diferencian de los libros históricos anteriores por el empleo de las siguientes fuentes:

(a) Para el reinado de Salomón, de «Los Hechos de Salomón» (1 R. 11:41).

(b) Para el reino del norte, y hasta la muerte de Peka, de «las Historias de los reyes de Israel», mencionadas diecisiete veces (1 R. 14:19).

(c) Para el reino del sur, hasta la muerte de Joacim, «las Crónicas de los reyes de Judá», citadas quince veces (1 R. 14:29). Según sus títulos, estas crónicas e historias formaban ya desde el principio dos obras separadas. Indudablemente acabaron reunidos en un solo libro, que el cronista llama «el libro de los reyes de Judá y de Israel» (2 Cr. 16:11). Estas dos recopilaciones de anales contenían muchos más detalles que nuestros libros de Reyes (cfr. 1 R. 14:19, 29). El cronista cita pasajes que el recopilador de Reyes omite (2 Cr. 27:7; 33:18). Se admite en general que estas dos recopilaciones de anales no eran recopilaciones originales, sino dos recopilaciones de textos primitivos, a los que se habían añadido los escritos de diversos profetas (2 Cr. 20:34; cfr. 32:32).

Fecha de redacción.

Comenzada antes de la destrucción de Jerusalén, la redacción de nuestros actuales libros de los Reyes no fue finalizada hasta terminar la segunda mitad del cautiverio de Babilonia (2 R. 25:27). Pero puede que los versículos de la conclusión hayan sido añadidos por otra mano.

El autor se ocupa especialmente de la historia de la monarquía davídica; menciona en dos ocasiones un acontecimiento común a los reinos del norte y del sur (cfr. 1 R. 15, 16, cfr. v. 32; 2 R. 17:5, 6, cfr. 18:9).

La obra se compone de tres partes:

(a) El reinado de Salomón (1 R. 1-11).

(b) La historia sincrónica de los reinos de Judá e Israel hasta la cautividad de Israel (1 R. 12 hasta 2 R. 17).

(c) La historia del reino de Judá hasta la cautividad en Babilonia (2 R. 18-25).

Bibliografía:

Bruce F. F.: «Israel y las naciones» (Literatura Bíblica, Madrid, 1981)

Edersheim A.: «Bible History: Old Testament» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1982, reimpr. ed. 1890)

Free, J.: «Archaeology and Bible History» (Van Kampen press., Wheaton, 1950);

Thiele, E. J.: «The Mysterous Numbers of the Hebrew Kings» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1965);

Whitcomb, J. C.: «Solomon to the Exile» (BMH Books, Winona Lake, 1975).


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