Heb. «Mashiach», el ungido, es un título oficial en el AT, aplicado a aquellos que debían ejercer el gobierno de parte de Dios (1 S. 12:3, 5; 26:9, 11, 16; 2 Cr. 6:42; Is. 45:1).

En el NT el título queda restringido al Señor Jesús, «ho christos», el Cristo, como Aquel que fue ungido no con aceite, sino con el Espíritu Santo por Dios el Padre. Esto había sido preanunciado en el Sal. 45:7, de lo que Juan el Bautista fue testigo (Mr. 1:10; Jn. 1:32-34; cfr. también Hch. 10:38). Fue llamado el ungido de Dios por Ana (1 S. 2:10 y por David Sal. 2:2). Daniel habló del Mesías Príncipe y que sería cortado y no tendría nada (Dn. 9:25-26). Los samaritanos, al igual que los judíos, esperaban a este Ungido, el Cristo, y cuando apareció hubo almas que entraron en una relación viva con Él, reconociéndolo como el que había sido prometido (Jn. 1:41; 4:25). En estos dos pasajes, el Señor recibe el nombre de «Mesías», la transliteración gr. del término heb. «mashiach». En otros pasajes se usa la traducción gr. «ho christos», el Cristo, el Ungido. (Véase CRISTO.)


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