Y luego se juntaron muchos, de tal manera que no había lugar para recibirlos, ni aun a la puerta; y les predicó la Palabra.

Marcos aquí omite una gran parte de la historia del evangelio que relatan los otros evangelistas, en armonía con su propósito de enfatizar los milagros de Jesús y exponer su poder divino. Jesús, mientras tanto, había completado Su primer viaje a través de Galilea, y también había estado al otro lado del Mar de Galilea. Algunos de los sermones más notables de Cristo, como el Sermón de la Montaña, también pertenecen a este intervalo.

Fue después de algunos días, después de bastante tiempo, que Jesús volvió a Cafarnaúm. Sin embargo, tan pronto como llegó, esto se escuchó; se difundió el rumor, la noticia de que había vuelto. Pronto toda la ciudad supo que Él estaba de nuevo en casa. Tampoco pasó mucho tiempo antes de que mucha gente se reuniera, con los extraordinarios incidentes de hace algunas semanas o meses aún frescos en su memoria. Vinieron en tropel tan ansiosamente que no sólo se llenó la casa, sino que también se llenó el espacio alrededor de la puerta.

Incluso allí era imposible encontrar más espacio para visitantes adicionales, y mucho menos en el interior. Y Él les habló, no de manera formal, en un discurso establecido, sino en una conversación más informal. Era la Palabra que Él pronunció, la Palabra del Evangelio, la Palabra del Señor, esa Palabra que es la única digna de ese nombre, así como actualmente la palabra "Biblia", que significa "libro", se usa para el y único libro, cuyo contenido lo coloca en una clase enteramente aparte.

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