Entonces Jesús tuvo compasión de ellos y les tocó los ojos; e inmediatamente sus ojos recibieron la vista, y le siguieron.

El hecho de que Jesús se interesara por los ciegos cambió de inmediato la actitud de la multitud, y muchos ahora ofrecían ayuda. El clamor de fe tocó el corazón del Señor, su confesión de su poder divino en respuesta a su pregunta, su ferviente oración pidiendo que se abrieran sus ojos, lo conmovió con profunda compasión. Les tocó los ojos, y al toque milagroso les restauró la vista de inmediato.

Jesús de Nazaret, que con su sufrimiento y muerte ha salvado las almas de todos los hombres de la perdición eterna, tiene profunda compasión también de las enfermedades y aflicciones físicas de los que creen en él.

Resumen. Cristo enseña el significado de la recompensa de la gracia mediante la parábola de las horas, predice su Pasión con mayor detalle, da a sus discípulos una lección de verdadera humildad y sana a dos ciegos.

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