LA SEGUNDA EPISTOLA DEL APOSTOL PABLO A TIMOTEO

INTRODUCCION

LUGAR DE COMPOSICION.—En el intervalo entre su primero y segundo encarcelamientos, Pablo, después de escribir la Primera Epístola a Timoteo desde Macedonia o Corinto [Birks] (si aceptamos la teoría de que la Primera a Timoteo fué escrita después de su primer encarcelamiento), regresó a Efeso, como él pensaba, por vía de Troas, donde dejó los libros, etc. (mencionados en el cap. 4:13), con Carpo. Desde Efeso fué a Creta para una breve visita, y de allí regresó a Efeso, escribiendo entonces a Tito. Luego pasó por Mileto yendo a Corinto (cap. 4:20), y de allí a Nicópolis (Tito 3:12), desde donde siguió a Roma. En su encarcelamiento allí escribió la Segunda Epístola a Timoteo, un poco, antes de su, martirio. No es claro dónde estaba Timoteo en aquel entonces, pero algunas de las evidencias internas favorecen la opinión de que estaba en Efeso; así el saludo a Priscilia y Aquila, quienes solían residir allí (cap. 4:19); también el de la familia de Onesíforo, quien, según el cap. 1:16-18, había ministrado a Pablo en Efeso, circunstancia que da a entender su residencia allí. También, el Himeneo del cap. 2:17 parece ser el mismo Himeneo de Efeso (1 Timoteo 1:20); y probablemente "Alejandro el calderero" (cap. 4:14) es el mismo Alejandro asociado con Himeneo (1 Timoteo 1:20), y posiblemente el mismo Alejandro presentado por los judíos para que los defendiera, no para amparar a Pablo, en el alboroto en Efeso (Hechos 19:33). La dificultad de esta hipótesis está en explicar el cap. 4:12, 20: si Timoteo estaba en Efeso, ¿por qué fué necesario decirle que Pablo había enviado a Tiquico a Efeso? o ¿qué Pablo había dejado a Trófimo, un efesio (Hechos 21:29), enfermo en Mileto, ciudad ésta que estaba a sólo treinta millas de Efeso? Véase, sin embargo, las notas, cap. 4:12, 20. Troas estaba en el camino de Efeso o Ponto a Roma, de modo que el capítulo 4:13 estará de acuerdo con la teoría de que Efeso u otro lugar en el noroeste de Asia Menor haya sido el lugar de residencia de Timoteo en aquel entonces. Probablemente, él tenía la superintendencia de las iglesias paulinas de Asia Menor, de acuerdo con su misión que combinaba el cargo de evangelista, o misionero ambulante, con el de superintendente presidente. Efeso fué probablemente su residencia central.

FECHA DE COMPOSICION.—(1) El primer encarcelamiento de Pablo, descrito en Hechos 28, fué mucho más llevadero que aquél en el cual estaba al escribir la Segunda a Timoteo. En aquél, tuvo libertad de alojarse en su propia casa alquilada, y de recibir todas las visitas, vigilado por un solo soldado; en éste, estaba tan estrictamente vigilado que Onesíforo le halló con mucha dificultad; estaba encadenado, sus amigos le habían abandonado, y apenas había escapado de la sentencia de ejecución del emperador romano. Las leyendas de la edad media representan la prisión Mamertina o "Tullianum", como la escena de su encarcelamiento con Pedro. Pero esto es irreconciliable con el hecho de que Onesíforo, Lino, Pudente, etc., tenían acceso a él. Estaba probablemente bajo guardia militar, como en su encarcelamiento anterior, aunque más severa (cap. 1:16-18; 2:9; 4:6-8, 16, 17). (2) La visita, a Troas (cap. 4:13) difícilmente habrá sido la que se menciona en Hechos 20:5, la última antes de su primer encarcelamiento; porque si fuera la misma, el intervalo entre aquella visita y su primer encarcelamiento habría sido de siete u ocho años, siendo muy improbable que él dejara pasar tanto tiempo sin mandar a buscar su capote y pergaminos cuando estas cosas le habrían podido ser útiles en el intervalo. (3) Que Pablo dejara enfermo a Trófimo en Mileto (cap. 4:20) no habría podido ser en la ocasión mencionada (Hechos 20:15); porque más tarde Trófimo estaba con Pablo en Jerusalén (Hechos 21:29). (4) Las palabras (cap. 4:20), "Erasto se quedó en Corinto", dan a entender que poco antes Pablo había estado en Corinto, donde dejó a Erasto. Pero antes de su primer encarcelamiento habían transcurrido varios años desde que Pablo había estado en Corinto; y en aquel intervalo Timoteo había estado con él, de modo que Timoteo no necesitaba ser informado, en un período posterior, acerca de aquella visita (Hechos 20:2, Hechos 20:4). Por todas estas razones se ve que el encarcelamiento durante el cual Pablo escribió la Segunda Epístola a Timoteo fué su segundo. Además, Hebreos 13:23, representa al escritor (quien probablemente fué Pablo) como en Italia y en libertad. Así Clemente de Roma (B. 1. 5), discípulo de Pablo, afirma explícitamente: "En el oriente y en el occidente Pablo, como predicador, instruyó a todo el mundo (es decir, el Imperio Romano) en la justicia y, habiendo ido al extremo del oeste y habiendo dado testimonio ante los gobernantes (de Roma), así fué quitado del mundo". Esto claramente da a entender que Pablo cumplió su deseo (Romanos 15:24) de un viaje misionero por España. El canon del Nuevo Testamento, compilado alrededor del año 170 d. de C. (llamado el Canon de Muratori), también menciona "el viaje de Pablo desde Roma a España". Véase Routh, Reliquias Sagradas, vol. 4, pp. 1-12.

Universalmente se dice que su martirio ocurrió en el reinado de Nerón [Eusebio, Historia Eclesiástica, 2:22; Jerónimo, Catálogus Scriptórum]. Así parece que cinco años habían pasado entre su primer encarcelamiento, año 63 (Hechos 28) y su martirio en junio del 68, el último año del reinado de Nerón. Fué arrestado probablemente por los magistrados en Nicópolis (Tito 3:12) en Epiro en el invierno, a base de la doble acusación: primero, de ser uno de los cristianos que habían conspirado, según decían los partidarios de Nerón, para incendiar a Roma, año 64 d. de C.; en segundo lugar, de introducir una religión nueva e ilegal. Todos sus amigos le abandonaron, con excepción de Lucas; Demas por "amor de este mundo presente"; otros por varias causas (cap. 4:10, 11). Parece que de la primera acusación fué absuelto. Fué libertado de su primer encarcelamiento en el año 63, el año antes del gran incendio de Roma, acontecimiento que usó Nerón como pretexto para perseguir a los cristianos. Toda clase de crueldad fué perpetrada contra ellos: algunos fueron crucificados; otros, vestidos de pieles y cazados con perros hasta la muerte; algunos fueron cubiertos de brea, prendiéndoseles fuego de noche para iluminar el circo del Vaticano y los jardines de Nerón, mientras aquel monstruo circulaba entre los espectadores vestido como carretero. Pero ahora (año 67 ó 68) algunos años habían pasado desde el primer alboroto que siguió al incendio. Por lo tanto, siendo ciudadano romano, Pablo fué tratado en este juicio con mayor respeto por las formas de la ley, y entonces fué absuelto (cap. 4:17) de la acusación de haber incitado a los cristianos en sus supuestos actos incendiaros antes de su anterior salida de Roma. Parece que Alejandro el calderero había sido testigo contra él (cap. 4:14). Si hubiera sido condenado a base de la primera acusación, probablemente habría sido quemado vivo, como lo fueron los mártires precedentes, por el supuesto crimen de incendiar. Su juez fué el prefecto de la ciudad. Clemente Romano especifica que su juicio fué (no ante el emperador Nerón, sino) "ante los gobernantes". Ningún abogado se atrevió a defender su causa; ningún patrono apareció por él, como quizá le habría ayudado bajo circunstancias ordinarias; por ejemplo, uno de la poderosa casa Emiliana, bajo la cual su familia posiblemente gozaba clientela (cap. 4:16, 17), de la cual puede ser que haya tomado el nombre de "Paulus". El lugar del proceso fué, probablemente, una de las grandes basílicas en el Foro, dos de las cuales se llamaban las Basílicas Paulinas por L. Emilio Paulo, quien había edificado una y restaurado la otra. Pablo fué mandado de nuevo a la cárcel para esperar la segunda parte de su juicio. No esperaba que éste se realizaría sino hasta el próximo "invierno" (cap. 4:21); por lo contrario, tuvo lugar en el verano, y si en el reinado de Nerón, no fué después de junio. En el intervalo, Lucas fué su único compañero constante; pero un amigo de Asia, Onesíforo, le había buscado diligentemente y le visitaba en la cárcel, no impedido por el peligro. Lino también, el futuro obispo de Roma; Pudente, hijo de un senador, y Claudia, su esposa recién casada, tal vez hija de un rey británico (Nota, cap. 4:21) se contaban entre sus visitantes; y Tiquico, antes de ser enviado por Pablo a Efeso (cap. 4:12) tal vez llevando consigo esta Epístola.

EL PROPOSITO DE LA CARTA.—Pablo ansiaba ver a Timoteo antes de morir, y que Timoteo trajera a Marcos consigo (cap. 1:4; 4:9, 11, 21). Pero sintiendo la incertidumbre de si Timoteo llegaría a tiempo, creyó necesario darle también por carta una última advertencia sobre las herejías, gérmenes de las cuales estaban siendo sembrados en las iglesias. Por lo tanto escribe una serie de exhortaciones a la fidelidad, al celo por la sana doctrina, y a la paciencia en las tribulaciones, exhortaciones que parece que necesitaba Timoteo, si hemos de juzgar por el ardor del apóstol al insistir en la valentía en la causa de Cristo, como si Pablo creyera ver en él algunas señales de timidez (cap. 2:2-8; 4:1-5; 1 Timoteo 5:22).

LA MUERTE DE PABLO.—Dionisio, obispo de Corinto (citado en Eusebio, Historia Eclesiástica, 2:25) alrededor del año 170 d. de C., es la primera autoridad a favor de la tradición de que Pedro sufrió el martirio en Roma "cerca del mismo tiempo" que Pablo, después de haber trabajado allí algún tiempo. Dionisio llama a Pedro y Pablo "los fundadores de las Iglesias Corintia y Romana". El presbítero Cayo (alrededor del año 200) menciona la tradición de que Pedro sufrió el martirio en el Vaticano. Pero (1) la obra de Pedro era "entre los judíos (Gálatas 2:9), mientras que Roma fué iglesia gentil (Romanos 1:13). Además, (2) la Primera Epístola de (Pedro 1:1; 5:13) le representa trabajando en Babilonia en la Mesopotamia. (3) El silencio de las Epístolas de Pablo, escritas en Roma refuta la tradición de que Pedro hubiera fundado la iglesia o trabajado largo tiempo en Roma, aunque es posible que haya podido sufrir allí el martirio. Su martirio seguramente no fué, como dice Jerónimo, "en el mismo día" con el de Pablo, pues Pablo habría mencionado en el cap. 4:11 la presencia de Pedro en Roma. La leyenda dice que Pedro, por temor, estaba huyendo de Roma por la Vía Apia al apuntar el día, cuando se encontró con nuestro Señor y, cayendo a sus pies, preguntó, "Señor, ¿adónde vas?", a lo cual respondió el Señor, "Voy a ser crucificado de nuevo". El discípulo, penitente y avergonzado, regresó a Roma y sufrió el martirio. La Iglesia de Dómine, quo vadis, sobre la Vía Apia, conmemora el supuesto hecho. Pablo, según Cayo (citado en Eusebio, Historia Eclesiástica, 2:25), sufrió el martirio sobre la Vía Ostia. Así también Jerónimo, quien da la fecha del año catorce de Nerón. Era costumbre enviar presos, cuya muerte podría llamar demasiada atención dentro de Roma, a cierta distancia de la ciudad, bajo escolta militar, para su ejecución; de ahí la espada del soldado, no el hacha del verdugo, fué el instrumento de su decapitación. [Orosio, Historia, 7:7] Por Filipenses 1 parece que Pablo tenia sus partidarios aun en el palacio, y seguramente habría ejercido una influencia tal que excitaría simpatía a su favor, para evitar la cual la ejecución fué ordenada fuera de la ciudad. Véase Tácito, Historia, 4:11. La Basílica de San Pablo, edificada primero por Constantino, ahora está fuera de Roma sobre el camino a Ostia. Antes de la Reforma esta basílica estaba bajo la protección de los reyes de Inglaterra, y el emblema de la Orden de la Liga todavía se ve entre sus ornamentos. El sitio tradicional del martirio es Tre Fontane, no lejos de la basílica. [Conybeare y Howson].

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