Hebreos 6:1-20

1 Por tanto, dejando las doctrinas elementales de Cristo, sigamos adelante hasta la madurez sin poner de nuevo el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,

2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.

3 Y esto haremos si es que Dios lo permite.

4 Porque es imposible que los que fueron una vez iluminados — que gustaron del don celestial, que llegaron a ser participantes del Espíritu Santo,

5 que también probaron la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero —

6 y después recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento puesto que crucifican de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y lo exponen a vituperio.

7 Porque la tierra, que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella y produce hierba para el provecho de aquellos que la cultivan, recibe la bendición de Dios.

8 Pero la que produce espinos y abrojos es desechada, está cercana a la maldición y su fin es ser quemada.

9 Pero aunque hablamos así, oh amados, en cuanto a ustedes estamos persuadidos de cosas mejores que pertenecen a la salvación.

10 Porque Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que han demostrado por su nombre, porque han atendido a los santos y lo siguen haciendo.

11 Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia para ir logrando plena certidumbre de la esperanza hasta el final,

12 a fin de que no sean perezosos sino imitadores de los que, por la fe y la paciencia, heredan las promesas.

13 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, puesto que no podía jurar por otro mayor juró por sí mismo

14 diciendo: De cierto te bendeciré con bendición y te multiplicaré en gran manera.

15 Y así Abraham, esperando con suma paciencia, alcanzó la promesa.

16 Porque los hombres juran por el que es mayor que ellos, y para ellos el juramento para confirmación pone fin a todas las controversias.

17 Por esto Dios, queriendo demostrar de modo convincente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, la garantizó con juramento

18 para que, por dos cosas inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo estímulo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta por delante.

19 Tenemos la esperanza como ancla de la vida, segura y firme, y que penetra aun dentro del velo

20 donde entró Jesús por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

ADVERTENCIA CONTRA LA RETROGRADACION, QUE PRONTO LLEVA A LA APOSTASIA: ANIMACION A LA PERSEVERANCIA BASADA EN LA FIDELIDAD DE DIOS A SU PALABRA Y JURAMENTO.

1. Por tanto—viendo que ya no debéis de ser “niños” (5:11-14). dejando—llegando más allá de los “principios” elementales. “Como en la construcción de una casa uno nunca debe dejar los cimientos, sería ridículo, sin embargo, que estuviera trabajando siempre en ponerlos” [Calvino]. la palabra del comienzo—es decir, la discusión de los primeros principios del cristianismo. vamos adelanteGriego, “seamos llevados”, o “llevémonos adelante”, lo que denota esfuerzo activo; prosigamos adelante. Pablo, en la enseñanza, aquí se clasifica con los lectores hebreos, y dice: “Adelantémonos juntos”. perfección—el conocimiento maduro de “perfectos”, de edad madura (5:14), en los conocimientos cristianos. fundamentoque consiste en el “arrepentimiento”. de obras muertas—obras que no surgen de principio vital de la fe y amor hacia Dios, y así tenidas, como el hacedor de ellas, muertas delante de Dios. Este arrepentimiento de obras muertas está pareado con “la fe hacia Dios”. Los tres pares de verdades enumerados son intencionalmente tales que pudieran haber conocido los creyentes judaicos en cierto grado por el Antiguo Testamento, y que les fueron enseñados más claramente cuando se hicieron cristianos. Así se explica la omisión de especificación distintiva de todo primer principio esencial de la verdad cristiana. Por eso, también, menciona “fe hacia Dios”, y no explícitamente fe hacia Cristo (aunque se incluye por cierto). El arrepentimiento y la fe fueron los primeros principios enseñados bajo el evangelio.

2. la doctrina de bautismos—pareada con “la imposición de manos”, como ésta seguía al bautismo cristiano y corresponde al rito de la confirmación en las iglesias episcopales. Los creyentes judaicos pasaron, por fácil transición, de las purificaciones bautismales judaicas (9:10, “lavamientos”), bautismo de prosélitos, el bautismo de Juan, y la imposición legal de manos, a sus analogías cristianas, el bautismo, y la subsecuente imposición de manos, acompañada por el don del Espíritu Santo (v. 4). Deben distinguirse el vocablo baptismoi (bautismos, en plural) que incluye los bautismos judaicos y cristianos, y baptisma, restringido al bautismo cristiano. Los seis particulares especificados aquí habían sido, como si fuera, el catecismo cristiano del Antiguo Testamento; y los judíos que habían empezado a reconocer a Jesús como el Cristo al momento en que la nueva luz iluminó los principios fundamentales, fueron tenidos por conocedores de los principios elementales de la doctrina de Cristo [Bengel]. La primera y la más obvia enseñanza elemental de los judíos sería la enseñanza de la significación típica de su propia ley ceremonial en su cumplimiento cristiano [Alford]. resurrección—creída ya por los judíos por el Antiguo Testamento: confirmada con la luz más clara de la enseñanza, o “doctrina” cristiana. juicio eterno—juicio lleno de consecuencias eternas, sean de gozo o de desgracia.

3. esto haremos—Seguiremos hacia la perfección. Algunos textos antiguos rezan: “Sigamos …” si Dios lo permitiere—Pues aun en el caso de las buenas resoluciones, no las podemos llevar a cabo, sino por medio de Dios, “quien obra en nosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad” (Filipenses 2:13).

4. Porque—Conjunción ilativa, se refiere a “si Dios permite”, porque hay casos en que Dios no permite; por ejemplo: “Es imposible …” Sin la bendición de Dios, la cultivación de la tierra sería vana (v. 7). Debemos ir hacia la perfección, porque si recaemos después de recibir la iluminación, será imposible renovarnos otra vez para el arrepentimiento. los que—caso de imposibilidad es el de los que: (a) una vez fueron iluminados—una vez por todas, adoctrinados en relación con “el bautismo” (hecho una vez por todas, v. 2; así “iluminados de una vez”). Véase Efesios 5:26. Este pasaje probablemente dió origen a la aplicación subsecuente del término “iluminación” al bautismo en tiempos posteriores. Iluminación, sin embargo, no se creía ser acompañante inseparable del bautismo: así dice Crisóstomo: “Los herejes tienen bautismo, no iluminación; se bautizan en cuerpo, pero no se iluminan en el alma; así como Simón Mago fué bautizado mas no iluminado”. Que “iluminados” aquí significa “conocimiento en la palabra de verdad” aparece cotejándolo con el mismo vocablo griego (“iluminados”) del 10:32 con el 10:26, donde le corresponde el “conocimiento de la verdad”. (b) gustaron el don celestial—gustaron para sí. Como “iluminados” se refiere al sentido de la vista, así aquí sigue el del gusto. “El don celestial”: Cristo dado por el Padre y revelado por la iluminación de la palabra predicada y escrita: que confería paz en la remisión de pecados y que impartía el don del Espíritu Santo (Hechos 8:19). (c) hechos partícipes del Espíritu Santo—Especificado como distintamente del ser “iluminados” pero relacionado con ello, y del gustar “el don celestial”, que corresponde a la imposición de las manos, que generalmente se acompañaba con la impartición del Espíritu Santo en dones milagrosos.

5. (d) gustaron la buena palabra de Dios—Distinto de “gustaron del (genitivo) don celestial”; aun no gozamos de la plenitud de Cristo, sino sólo tenemos un gusto de él, el don celestial; pero los creyentes pueden gustar toda la palabra (caso acusativo) de Dios ya, es decir la buena palabra de promesa de Dios. La promesa de Canaán a Israel en el Antiguo Testamento tipificaba “la buena palabra de promesa de Dios” del reposo celestial (cap. 4). Por tanto, sigue inmediatamente la frase “y las virtudes del siglo venidero”. Como “iluminados” y “gustar del don celestial”, que es Cristo, el pan de vida, corresponde a LA FE; así “hechos partícipes del Espíritu Santo” corresponde a LA CARIDAD, primicias del Espíritu; y “gustaron la buena palabra de Dios y las virtudes del siglo venidero” corresponde a LA ESPERANZA. Así, pues, la tríade de privilegios corresponde a la Trinidad en sus respectivas funciones para con nosotros. “El mundo venidero” es la dispensación cristiana, vista especialmente en sus futuras glorias, pero ya empezada en gracia aquí. El mundo venidero así está en contraste con el curso de este mundo, del todo desorganizado por cuanto Dios no le es la fuente de acción y fin. Por la fe, los cristianos hacen del mundo venidero una realidad presente, primicias aunque fuera del futuro perfecto. Las virtudes, poderes, de este nuevo mundo espiritual, exhibidos en parte en aquel entonces en los milagros visibles, consistentes especialmente—entonces como también ahora—en las íntimas influencias vivificadoras del Espíritu, son arras de la venidera herencia de arriba, y llevan al creyente que se entrega al Espíritu a procurar vivir santamente, a sentarse con Cristo en lugares celestiales, a poner los afectos en las cosas de arriba y no en las terrenas, y a esperar la venida de Cristo y la plena manifestación del mundo venidero. Este “mundo venidero”, en su aspecto futuro, así corresponde a “la resurrección de los muertos y la vida eterna” (v. 2), los primeros principios cristianos que les habían sido enseñados a los creyentes hebreos por la luz cristiana arrojada para ellos sobre el Antiguo Testamento. “El mundo venidero”, existente ahora, respecto de sus poderes en los redimidos, pasará a ser una plena realidad en la venida de Cristo (Colosenses 3:4).

6. (e) Y recayeron—En Gálatas 5:4, tenemos una caída, o declinación, menos extrema: “Habéis caído de la gracia”. Aquí significa una completa y voluntaria apostasía; no que los judíos hubiesen así caído, pero les advierte el resultado de semejante retrogresión si ellos, en lugar de seguir adelante hacia la perfección, tuviesen necesidad de aprender de nuevo los primeros principios del cristianismo. otra vez renovadosGriego, “Es imposible (v. 4) … renovarlos otra vez”, es decir, a los que fueron una vez iluminados … Ya habían sido renovados o hechos nuevos una vez, y estaban por necesitar serlo otra vez de nuevo. crucificando—(Porque están) crucificando para sí (“de nuevo” se omite de los mejores manuscritos) al Hijo de Dios, y no crucifican al mundo para sí, como Pablo, por la cruz de Cristo (Gálatas 6:14). También “huellan al Hijo de Dios y tienen por inmunda la sangre del testamento …” (Gálatas 10:29). “El Hijo de Dios”, título que recalca su dignidad, enseña la gravedad de la ofensa. exponiéndole a vituperio—literalmente, “haciendo de él un ejemplo público”, como si fuera un malhechor suspendido de un árbol. Lo que el Israel carnal hizo exteriormente, lo hacen interiormente los que recaen de la luz: virtualmente crucifican de nuevo al Hijo de Dios; “lo arrancan de lo íntimo de sus corazones, donde ha fijado su habitación, y lo exponen al vituperio del mundo como cosa vil y común.” [Bleek en Alford]. Los montanistas y los novacianos justifican con este texto la exclusión permanente de la Iglesia a los que una vez recaen. La Iglesia Católica siempre se opuso a este parecer y readmitía a los apóstatas arrepentidos, pero sin bautizarlos nuevamente. Este pasaje da a entender que las personas pueden en algún sentido ser “renovadas”, y sin embargo recaer todavía finalmente; pues la frase “renovar otra vez” denota que habían sido, en algún sentido, UNA VEZ RENOVADOS por el Espíritu Santo; pero por cierto no asevera que sean de “los elegidos”, porque ellos nunca pueden apostatar, estando escogidos para la vida eterna (Juan 10:28). Los elegidos permanecen en Cristo, oyen su voz, continuamente la obedecen, y no recaen. El que no permanece en Cristo es arrojado como pámpano seco; pero el que mora en él vuelve cada vez más libre del pecado; no le pueden tocar los malos; él por la fe vence al mundo. Una fe temporaria es posible, sin que uno sea por ella constituído uno de los elegidos (Marco 4:16). Al mismo tiempo, ello no limita la gracia de Dios, como si fuera imposible que Dios restituyera aun al rebelde más endurecido. La imposibilidad consiste en que ellos una vez conocieron en sus adentros el poder del sacrificio de Cristo y que ahora estaban rechazándolo: no es posible idear otros medios nuevos para la renovación repetida de ellos, y los medios provistos por el amor de Dios, ahora, después de haberlos experimentado, deliberada y persistentemente los rechazan; sus conciencias cauterizadas, y “dos veces muertos” (Judas 1:12), no hay para ellos esperanza ya, sino sólo por un milagro de Dios. “Es la maldición del mal propagar eternamente el mal”. [Tholuck]. “El que es guiado en toda (?) la extensión de las experiencias cristianas puede con todo dejar de andar en ellas; el que no permanece en las mismas, al mismo tiempo cuando tenía tales experiencias objetivas, no era subjetivamente fiel a las mismas; de otro modo se hubiera cumplido en él el dicho de “Al que tiene, le será dado, y tendrá más abundantemente” (Mateo 13:12), de modo que hubiera permanecido en ellas y no caído”. [Tholuck]. Tal persona nunca fué verdaderamente discípulo de Cristo lleno del Espíritu (Romanos 8:14). El pecado contra el Espíritu Santo es algo similar pero no idéntico a este pecado; aquél se comete por los que están fuera de la Iglesia (como en Mateo 12:24, Mateo 12:31); éste, sólo por los de adentro.

7. la tierra—una tierra (sin artículo), terreno. que embebegriego, “absorbe”, no meramente la recibió sobre la superficie: señala a los que han gozado el privilegio de las experiencias cristianas, siendo en algún sentido renovados por el Espíritu Santo; lo mismo de los que perseveran como de los que “recaen”. el agua—la lluvia que no meramente cae en ella, ni contra ella, sino sobre (epí con el genitivo), como para cubrirla. El “muchas veces” denota, de parte de Dios, su abundante gracia (que viene espontáneamente y a menudo); y, de parte del apóstata, la perversidad volitiva por la cual ha hecho continuo despecho a las repetidas acciones del Espíritu Santo. Véase “Cuántas veces”, Mateo 23:37. La lluvia del cielo cae así sobre los elegidos como sobre los apóstatas. produce—como consecuencia natural de haber embebido la lluvia. hierba provechosa—Propia, debida, tal cual el maestro de la tierra desea. de los cualesGriego, “para (a causa de) los cuales”, es decir, para los dueños del terreno; no es labrada para los labradores; para Dios y su Cristo (1 Corintios 3:9). El corazón del hombre es el terreno; el hombre es el labrador; la hierba es producida, no para el labrador por quien es labrada, sino para Dios, en pro de quien es labrada. recibe bendiciónPraticipa de (la) bendición (fruto producido) que viene de Dios. El uso de los medios por el hombre es vano sin la bendición de Dios (1 Corintios 3:6). Por otra parte, la maldición de Dios produce la infecundidad (Génesis 3:17); también en lo espiritual (Jeremias 17:5).

8. la que …—Es decir, “Pero produciendo (si produce: dicho terreno) espinas …” Este verbo (produce) no es palabra tan favorable como el (produce) del v. anterior. reprobada—Es reprobable, después de haber sido probada; el réprobo rechazado por el Señor. cercana de maldición—está al punto de ser entregada a su propia esterilidad por la justa condenación de Dios. Este “cercana” ablanda la severidad anterior de “es imposible …” (vv. 4-6). cuyo fin—El fin de la tierra, terreno, es “para la quema”, es decir, el fuego abrasador del juicio final; como la tierra de Sodoma fué dada al azufre, sal y fuego (Deuteronomio 29:23) así tocante a los impíos (Mateo 3:10, Mateo 3:12; Mateo 7:19; Mateo 13:30; Juan 15:6; 2 Pedro 3:10). Jerusalén, que tanto se resistió a la gracia de Cristo, estaba entonces cercana a la maldición, y dentro de unos pocos años fué quemada. Véase Mateo 22:7 : “Quemaron su ciudad”; la garantía de un destino parecido para todos los que a sabiendas abusan de la gracia de Dios (Mateo 10:26).

9. esperamosGriego, Estamos persuadidos”; tenemos por qué creerlo: el resultado de la prueba. Romanos 15:14, “Estoy cierto de vosotros …”, una confirmación de la redacción paulina de esta Epístola. amados—dicho a propósito aquí; el AMOR hacia vosotros me impele a las fuertes amonestaciones que acabo de hacer, no porque abrigue pensamientos desfavorables hacia vosotros; al contrario, espero de vosotros “mejores cosas”; Griego, “las cosas que son mejores”; que no lleváis espinos en vez de frutos, ni estáis cercanos de maldición, ni prontos a ser abrasados, sino que sois herederos de la salvación de acuerdo con la fidelidad de Dios (v. 10). cercanas a salud—cosas que atienen a la salvación; cosas unidas a la salvación (véase “la esperanza … que entra hasta dentro del velo” (v. 19). Contrástese con “cercana a maldición”. aunque hablamos así—“Porque es mejor asustaros con la advertencia que dejaros con la consecuencia”.

10. no es injusto—Dios no es infiel a sus propias promesas de gracia. No que tengamos derecho inherente a reclamar recompensa; pues (1) el siervo no tiene méritos, por cuanto sólo hace sus deberes ineludibles; (2) nuestros mejores hechos no están en proporción a lo que dejamos de hacer; (3) toda fuerza viene de Dios. Sin embargo, Dios ha prometido de su propia gracia recompensar las buenas obras de su pueblo (pueblo ya aceptado por la fe). Es su promesa, no nuestros méritos, lo que haría que fuese injusto si no recompensara las obras de su pueblo. Dios nunca sería deudor a hombre alguno. vuestra obra—toda vuestra vida cristiana de activa obediencia. trabajo de amor—Los manuscritos más antiguos omiten “trabajo de”, interpolación que acaso se debió a 1 Tesalonicenses 1:3. “Amor” ocurre aquí, “esperanza” en el v. 11, y “fe” en el v. 12: la tríade paulina de 1 Corintios 13:13. Con el amor de ellos les aguza la esperanza y la fe. que habéis mostrado—Véase el 10:32-34. a su nombre—para con su nombre: vuestras obras de amor para con los santos fueron hechas por amor al Señor. La condición aflictiva de los cristianos palestinos aparece por la colecta hecha para ellos. Aunque recibían donaciones de otras iglesias, señal de que eran impotentes para prestar ayuda pecuniaria, los menos pobres podían administrar a los más afligidos de su iglesia de otras varias maneras (2 Timoteo 1:18). Pablo, como en otra parte, les da todo el crédito por sus obras de gracia, mientras que con delicadeza les intima la necesidad de la perseverancia, la que parece empezaba a faltar.

11. deseamosardientemente (así el griego): lenguaje de afecto paternal, más bien que de mandato. cada uno de vosotros—lo que infiere que no todos los de las iglesias de Palestina habían mostrado la misma diligencia que aquellos que él alaba (v. 10). “El cuida lo mismo de los grandes que de los pequeños, y a nadie descuida”. “Cada uno de ellos”, aun los más diligentes en hechos de amor (v. 10), necesitaba ser estimulado a perseverar en la misma diligencia para la plena seguridad de la ESPERANZA, hasta el fin. Además del amor, necesitaba la paciente perseverancia, descansando en la esperanza y en la fe (2 Timoteo 10:36; 2 Timoteo 13:7). Véase “la plena certidumbre de la fe” (2 Timoteo 10:22; Romanos 4:21; 1 Tesalonicenses 1:5). hasta el cabo—hasta el fin: la venida de Cristo.

12. perezosos—“flacos” en el 5:11; allí les reprocha el haberse vuelto “torpes para oír”; aquí les amonesta “que no sean perezosos” (torpes) en absoluto, es decir, en mente y obras. No será perezoso el que siempre tiene el fin en mente; la esperanza es el medio de lograr esto. imitadores—Véase Efesios 5:1; 1 Corintios 11:1. pacienciaGriego “grande ánimo”, “largura de ánimo” (1 Corintios 6:15), soportamiento longánime. Hay paciencia o perseverancia a longanimidad de amor (1 Corintios 13:4) y también de fe (v. 15. que … heredan las promesas—las promesas ya son la herencia de ellos. No que hayan entrado efectivamente en la perfecta herencia (como prueba el 11:13, 39, 40), aunque sin duda, los muertos en Cristo, en espíritu, gozan ya las primicias de ella; pero “aquellos que por la fe…” (enumerados en el cap. 11), en toda edad han sido, son y serán herederos de la promesa de los cuales Abrahán es el ilustre ejemplo (v. 13).

13. Porque—en confirmación de lo razonable que es confiar en la infalibilidad de “las promesas”, por cuanto descansan sobre el juramento de Dios, hecho a instancias de Abrahán. “Ahora de consolación, por el juramento de la gracia de Dios, a aquellos que en los caps. 3 y 4 había amonestado por el juramento de la ira de Dios. El juramento de ira no extendió su fuerza primordialmente más allá del desierto; pero el juramento de la gracia tiene vigor para siempre”. [Bengel].

14. multiplicando te multiplicaré—Hebraísmo que significa multiplicar abundantemente. El aumento de la simiente de Abrahán es virtualmente el aumento de él mismo; por tanto Pablo citando Génesis 22:17, dice: “te bendeciré” y no “bendeciré a tu simiente”.

15. Y así—por cuanto confió en la promesa.

16. para confirmación—El juramento para confirmación es la terminación de toda controversia (“contradición”,Génesis 12:3), para ellos (los hombres). El texto enseña: (1) que el juramento se sanciona, como lícito, aun en la dispensación cristiana; (2) que se limita su uso en el sentido de emplearlo sólo cuando puede poner fin a contradicciones en disputas, y para la confirmación de una promesa solemne.

17. Por lo cual—es decir, siendo así el caso entre los hombres, Dios, acomodándose a la manera humana de confirmar los pactos, agregó aun a su segura palabra su juramento; “Dos cosas inmutables” (v. 18). queriendo … consejoboulómenos … boules: vocablos de la misma raíz, que expresan la absoluta benignidad de Dios. [Bengel]. más abundantemente—que si no hubiera jurado. Su palabra hubiera bastado; pero para hacer doblemente cierta la certidumbre, “interpuso (con) juramento”. Es decir, obró como mediador, interponiéndose entre él mismo y nosotros; como si él fuese menos mientras jura que él mismo, por quien jura (pues los inferiores entre los hombres comúnmente juran por algo (alguien superior). “¿No crees tú aún, tú que escuchas la promesa?” [Bengel]. herederos de la promesa—no sólo la simiente literal de Abrahán, sino también la espiritual (Gálatas 3:29).

18. imposible—que Dios mienta jamás; tal es la fuerza del aoristo griego aquí. [Alford]. El que no pueda negarse a sí mismo es prueba, no de debilidad, sino de fuerza incomparable. consuelo—como estaban con dudas y temores, que recibiesen “animación”, es decir, exhortación. que nos acogemosGriego, “los que nos refugiamos”, como quienes se escapan de un naufragio. O como quien huye a una de las seis ciudades de refugio: Kadesh (santo), que denota la santidad de Jesús, nuestro Refugio; Shechem (hombro), el gobierno estará sobre su hombro (Isaías 9:6); Hebrón (comunión), los creyentes son llamados a participación con Cristo; Bezer (fortaleza), lo es Cristo a todo aquel que en él confía; Ramoth (alto), porque lo ha exaltado Dios a su diestra (Hechos 5:31); Golán (gozo), pues en él todos los santos son justificados y se gloriarán. a trabarnos de la esperanza—del objeto de nuestra esperanza, como del salvavidas en un naufragio. propuesta—como premio para el que debemos contender (véase el 12:1 y 2).

19. La esperanza se halla representada en las monedas por un ancla. segura y firme—segura con respecto de nosotros; firme en si misma. [Alford]. No un ancla que no tenga tranquila la nave, ni una débil y demasiado liviana. [Teofilacto]. hasta dentro del velo—Se combinan dos hermosas imágenes: I. El alma es la nave: el mundo, la mar; la bienaventuranza del más allá, la lejana ribera; la esperanza basada en la fe, el ancla que evita el tambaleo del barco; el consuelo animador de la promesa y juramento de Dios, el cable que liga la nave y el ancla. II. El mundo es la antesala, el lugar santo; el cielo, el lugar santísimo; Cristo, el Sumo Sacerdote, que nos antecede, haciendo posible que nosotros, tras de él y por él, entremos dentro del velo. Esto explica: Como el ancla no queda en el agua, sino penetra dentro de la tierra debajo del agua y se afirma en ella, así la esperanza, nuestra ancla del alma, no se contenta con entrar sólo en el vestíbulo, es decir, contentarse con los bienes terrenos y visibles, sino que penetra los bienes que están dentro del velo, el lugar santísimo, donde se ase de Dios mismo y de los dones celestiales, afirmándose en ellos. “La esperanza, penetrando el cielo, nos prepara para estar en las cosas prometidas, aun mientras estamos aquí todavía, sin haberlas recibido; tal poder tiene la esperanza que puede convertir a los terrenales en celestiales”. “El alma se prende del ancla, como por temor del naufragio, y no ve por dónde corre el cable, dónde está afirmada; pero el alma sabe que está afirmada tras el velo que cubre la futura gloria”. velocatapétasma; el segundo velo, que encierra el lugar santísimo. El velo exterior se llamaba por un término griego distinto, calumna; el segundo (9:3) era el interior.

20. Como precursor por nosotros (a nuestro favor), Jesús entró (y allí queda aún; como expresa el adverbio hupou, “en donde”). El “por nosotros” denota que no fué por sí mismo, como Dios, que debiese entrar allá, sino como nuestro Sumo Sacerdote, para representarnos y presentarnos a nosotros, sus seguidores, abriéndonos el camino, por su intercesión con el Padre, como el sumo sacerdote aarónico entraba en el santísimo una vez al año para hacer propiciación por el pueblo. Las primicias de nuestra naturaleza son alzadas, y así el todo es santificado. La ascensión de Cristo fué nuestra promoción; y adonde la gloria de la Cabeza ha precedido, allá también es llamada la esperanza del cuerpo. Debemos guardar día festivo, puesto que Cristo ha ascendido y asentado en el cielo las primicias del montón, es decir, del cuerpo humano. [Crisóstomo]. Como Juan el Bautista fué precursor de Cristo en la tierra, así fué Cristo el nuestro en el cielo.

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