Isaías 12:1-6

1 En aquel día dirás: “¡Te doy gracias, oh SEÑOR! Aunque te enojaste contra mí, tu ira se apartó, y me has consolado.

2 ¡He aquí, Dios es mi salvación! Confiaré y no temeré, porque el SEÑOR es mi fortaleza y mi canción; él es mi salvación”.

3 Con regocijo sacarán agua de los manantiales de la salvación.

4 En aquel día dirán: “¡Den gracias al SEÑOR! ¡Invoquen su nombre! Den a conocer entre los pueblos sus hazañas; recuerden que grande es su nombre.

5 ¡Canten salmos al SEÑOR, porque ha hecho cosas magníficas!. Sea esto conocido en toda la tierra.

6 Grita y canta, oh habitante de Sion, pues el Santo de Israel es grande en medio de ti”.

HIMNO DE ACCION DE GRACIAS DE LOS RESTAURADOS Y CONVERTIDOS JUDIOS. Exactamente como Miriam, después de la liberación del Mar Rojo (cap. 11:16), celebró ese hecho con una oda de alabanza (Éxodo 15).

2. mi fortaleza y mi canción—Términos derivados de Éxodo 15:2; Salmo 118:14. La idea de salvación estaba asociada de manera peculiar a la fiesta de los tabernáculos (véase el v. 3). De ahí el grito ¡Hosanna!—“Salva, te rogamos”, que acompañó la entrada de Jesús en Jerusalén ese día, el 15 del mes séptimo (Mateo 21:9; cf. Salmo 118:25); lo cual es prenda de la perfecta “salvación” que él brindará a su pueblo en su segunda aparición en Jerusalén (Hebreos 9:28); “La segunda vez, será visto de los que le esperan para salud”. Cf. Apocalipsis 21:3 : “He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres”. Cf. Lucas 9:33 : “tres pabellones, uno para ti, etc.” (la transfiguración fué una prenda del futuro reino), (Salmo 118:15; Malaquías 14:16). Así como la fiesta de los tabernáculos les recordaba a los judíos sus peregrinaciones en tiendas de campaña, a través del desierto, así la futura iglesia judeocristiana recordará con acciones de gracias las diversas etapas pasadas por donde Dios, finalmente, la condujo al cielo, “a ciudad de población”. (Salmo 107:7). es JAH Jehová—La repetición del nombre denota énfasis, y lo inmutable del carácter de Dios.

3. Sacaréis aguas … de la salud—Figura expresiva en un país cálido. El último día de la fiesta de los tabernáculos, los judíos solían llevar en procesión un ánfora de oro llena de agua de la fuente de Siloé, la cual, en mezclándola con vino, la derramaban sobre el sacrificio que estaba sobre el altar, en medio de gran regocijo. A esta costumbre aluden las palabras de Jesús proferidas “el postrer día de la fiesta” (Juan 7:2, Juan 7:37). El vertimiento del agua indicaba arrepentimiento (1 Samuel 7:6; cf. tocante al arrepentimiento futuro de los judíos, Malaquías 12:10). Ha de haber un posterior derramamiento del Espíritu Santo, a semejanza del primero, el día de Pentecostés (Joel 2:23). fuentes—no de las meras corrientes, que pueden secarse, sino de las fuentes que fluyen perennemente (Juan 4:14; Juan 7:38), “De su vientre”; esto es, de dentro de uno mismo—agua viva (cap. 42:18; Salmo 84:6; Malaquías 13:1; Apocalipsis 7:17).

4. haced célebres—hebreo: haced que se recuerden.

5. Cantad—que alude a Éxodo 15:21.

6. oh moradora de Sión—esto es, Sión y su pueblo. en medio de ti—de la literal Jerusalén (Jeremias 3:17; Ezequiel 48:35; Sofonías 3:15, Sofonías 3:17; Malaquías 2:10).

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