Isaías 20:1-6

1 En el año en que vino el Tartána a Asdod, cuando Sargón rey de Asiria lo envió para combatir contra Asdod y la tomó,

2 en aquel tiempo el SEÑOR habló por medio de Isaías hijo de Amoz, diciendo: “Ve, despójate del cilicio de sobre tus lomos y quita el calzado de tus pies”. Así lo hizo, y andaba desnudo y descalzo.

3 Entonces dijo el SEÑOR: “Así como mi siervo Isaías anduvo desnudo y descalzo tres años como señal y prodigio contra Egipto y Etiopía,

4 así conducirá el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Etiopía: jóvenes y viejos, desnudos y descalzos, con los glúteos descubiertos, para vergüenza de Egipto.

5 Tendrán terror y se avergonzarán de Etiopía, objeto de su esperanza, y de Egipto, su gloria.

6 En aquel día dirá el habitante de esta costa: ‘¡Miren lo que ha pasado con el objeto de nuestra esperanza, al cual huimos para obtener auxilio y para ser librados de la presencia del rey de Asiria! ¿Y cómo escaparemos nosotros?’ ”.

CONTINUACION DEL ASUNTO DEL CAP. 19, PERO EN UNA FECHA POSTERIOR. CAUTIVIDAD DE EGIPTO Y ETIOPIA—Durante el reinado de Sargón (722-715 A. de C.), sucesor de Salmanasar, se efectuó una invasión de Egipto por los asirios. Aquí se predice el éxito de la misma; de ahí que se amoneste a cierto partido de entre los judíos, a causa de su loca “esperanza” de ayuda de parte de Egipto y Etiopía. En época posterior (cap. 18), cuando Tirhakah de Etiopía era aliado de ellos, los etíopes eran tratados como amigos; Dios les anuncia a éstos la derrota del asirio Senaquerib, el enemigo común. Egipto y Etiopía en este capítulo (vv. 3, 4) están representados como aliados, resultado sin duda del miedo causado por el enemigo común; ellos habían anteriormente contendido entre sí; y el rey de Etiopía, antes de la usurpación cometida por Setos, había evacuado parte del Bajo Egipto. De aquí que “Egipto” sea mencionado solo en el cap. 19, el cual se refiere a alguna de las primeras etapas del mismo suceso, y que contiene una delicada nota de verdad. Parece que Sargón fué el rey que concluyó la conquista de Samaria que Salmanasar había comenzado. La alianza de Oseas con So o Sabacho II de Etiopía, así como su negativa a pagarle el acostumbrado tributo, incitaron a Salmanasar a emprender la invasión. En los sellos cilíndricos de barro hallados en el palacio de Senaquerib de Koyunjik, se ha descifrado el nombre de Sabacho. Por sus inscripciones, se cree que los dos sellos fueron adheridos al tratado de paz entre Egipto y Asiria, resultado de la invasión de aquél por Sargón, descripta en este capítulo. Es curioso que el pasaje de 2 Reyes 18:10, confirma la opinión derivada de las inscripciones asirias, de que aunque Salmanasar comenzó la conquista de Samaria, Sargón la terminó; pero fué tomada por los dos (cf. 2 Reyes 17:4). Las inscripciones halladas en el palacio de Sargón en Korsabad afirman que fueron llevados cautivos 27.280 israelitas por el fundador del palacio aquel. Es probable que mientras Salmanasar estaba ocupado en el asedio de Samaria, Sargón ocupara el poder y eliminara a Salmanasar. El asedio comenzó en 723 y terminó en 721, A. de C., o sea el año primero del reinado de Sargón. De ahí proviene la exigüidad de inscripciones de los dos predecesores de Sargón: Tiglat-pileser y Salmanasar por haberlas destruído el usurpador, del mismo modo que Tiglat-pileser destruyó las de Put (Sardanápalo), el último vástago de la antigua dinastía de Nino. Los nombres del padre y del abuelo de Sargón, descifrados en el palacio de su hijo Senaquerib, no aparecen en la lista de los reyes asirios, lo cual confirma la opinión de que fué un sátrapa el que usurpó el trono. Tan hábil general fué que Ezequías no hizo esfuerzo alguno por zafarse del tributo que le pagaba hasta el reinado de Senaquerib; de ahí que Judá no fuese invadido ahora como lo fueron Egipto y la tierra de los Filisteos. Después de conquistar a Israel, envió a su general Tartán a que atacase las ciudades filisteas, Asdod, etc., como medida preliminar para su invasión de Egipto y Etiopía; pues la línea de avance hacia Egipto corre a lo largo de la costa sudoeste de Palestina. Las inscripciones confirman la profecía donde se nos dice que recibió tributo de Faraón de “Egipto”, además de aniquilar en parte a la etíope No-ammón o Tebas (Nahúm 3:8). Se dice que también guerreó con los reyes de Asdod, Gaza, etc.; todo en armonía con lo que dice aquí Isaías. Una tablilla memorial suya se halló asimismo en Chipre, en la que se demuestra que había llevado sus armas hasta aquella isla. Su reinado duró unos seis o siete años más o menos de 722-715 A. de C. [G. V. Smith].

1. Thartán—es probable que fuese el mismo general enviado por Senaquerib contra Ezequías (2 Reyes 18:17). Gesenius toma el nombre “Tartán” como título. Asdod—Llamada por los griegos Azoto (Hechos 8:40) a orillas del Mediterráneo, una de las cinco ciudades de los filisteos. La toma de esta ciudad por los asirios fué un acto preliminar para la invasión de Egipto, por ser la llave de aquella región; pues los filisteos eran aliados de Egipto. Tan bien la fortificaron los asirios que resistió un sitio que duró veintinueve años, al fin de los cuales fué reconquistada por el egipcio Psamético. envió—Sargón se mantuvo en la retaguardia, ocupado en combatir las ciudades fenicias, o puede ser que condujese el grueso de sus fuerzas sin más tardanza a Egipto, pasando por Judá [G. V. Smith].

2. por—lit., por mano de (cf. Ezequiel 3:14). el saco—el holgado vestido exterior, de tosco tejido de pelo oscuro, usado por los que estaban de duelo (2 Samuel 3:31) y por los profetas, ceñido a la cintura por un cinturón (Mateo 3:4; 2 Reyes 1:8; Malaquías 13:4). desnudo—más bien, descubierto; él se quitó meramente el saco exterior, quedándole todavía la túnica o ropa interior (1 Samuel 19:24; Amós 2:16; Juan 21:7), emblema que indicaba que Egipto sería despojado de sus posesiones. El mismo ropaje de Isaías era una callada exhortación al arrepentimiento.

3. tres años—El acto simbólico de Isaías no prosigue ininterrumpidamente todo este tiempo, sino a intervalos, para mantenerlo vivo ante los ojos del pueblo durante ese período [Rosenmuller]. Más bien, se trata de una señal de tres años, esto es, una señal de que una calamidad que duraría tres años vendría sobre Egipto y Etiopía [Barnes], (cap. 8:18). Este es el único ejemplo de un acto estrictamente simbólico obrado por Isaías. Tales actos fueron comunes en los profetas posteriores, como Jeremías y Ezequiel. En algunos casos fueron realizados no literalmente, sino sólo en visión profética. pronóstico—que envuelve una amenaza tocante al futuro. [G. V. Smith]. sobrecon referencia a, contra.

4. descubiertas las nalgas—Belzoni dice que los cautivos están representados así en los monumentos egipcios (cap. 47:2, 3; Nahúm 3:5, Nahúm 3:8), donde, como aquí, Egipto y Etiopía se mencionan como aliados.

5. se turbarán—los filisteos, aliados de Egipto, quienes confiaban que éste los ayudaría contra Asiria. Esta es una amonestación dirigida a un partido entre los judíos, cuyos componentes, aunque sabían que Judá era por entonces la subordinada aliada de Asiria, preferían a Egipto como aliado (cap. 30:7). Etiopía era la esperanza de ellos; pues aunque Palestina no había logrado todavía una alianza con ella, con todo esperaba concertarla. Egipto era su “gloria”, esto es, su jactancia (cap. 13:19); pues la alianza con él se había llevado a cabo.

6. isla—esto es, la costa mediterránea—la Filistia, acaso la Fenicia (cf. cap. 23:2; 11:11; 13:22; Salmo 72:10). nos—es enfático; si Egipto, en el cual hemos confiado, fué derrotado, ¿cómo escaparemos nosotros que constituímos un pequeño y débil estado?

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