Jesús ahora, como nuestro Redentor, y como hombre, está sentado a la diestra de Dios, (ver Marcos 16:19; Colosenses 1; Hebreos 1, 3, etc.) habiendo tragado [4] (devorado o destruido) la muerte ; habiendo vencido y triunfado sobre el diablo, el pecado y la muerte, para que por su gracia y sus méritos seamos herederos de la vida eterna; y ha ido al cielo, Ángeles, etc. siendo sometido a él. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Estas palabras, que se encuentran en todas las copias latinas y citadas por los Padres latinos, son escasas en cualquier manuscrito griego y, por lo tanto, se omiten en la traducción protestante.

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