Y Samuel, en cuya oración el Señor había enviado tal tormenta, para que no los castigara como se merecían. Pero el profeta alivia sus temores y les enseña a abstenerse de la idolatría, y seguirá cumpliendo con su deber de orar por ellos y darles buenos consejos. (Salien) --- El temor de Dios se incrementa por lo que el pueblo muestra por sus siervos.

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