Bendito sea, etc. David alaba a Dios en esta ocasión, no por gozo por la muerte de Nabal, (lo que habría provocado un rencor de corazón) sino porque vio que Dios había tomado su causa en la mano de manera tan visible, al castigar el daño que le habían hecho; mientras que, por una providencia misericordiosa, le impidió vengarse. (Challoner) (Salmo lvii.10)

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