Después de haber respondido a una de sus objeciones respecto a su desinterés, prosigue así: Veo que de antaño, o durante mucho tiempo, habéis considerado este discurso prolongado meramente como una disculpa para justificarme de la sospecha de avaricia. Pero hablamos ante Dios en Cristo; o Dios es mi testigo de que he actuado así sólo para su edificación. (Theodoret) --- Buscando no las cosas que son suyas, sino a ustedes mismos, de muy buena gana para gastar nuestras fuerzas y nuestra vida, y para ser gastados o completamente agotados por el bien de sus almas.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad