Lo había provocado. La impiedad de este rey debe haber sido extrema, ya que su arrepentimiento no evitó el azote. (Haydock) --- Además, muchas personas eran corruptas de corazón, aunque tenían miedo de mostrarlo, como aprendemos de los profetas Jeremías y Sofonías. Por tanto, Dios retiró al buen Josías, que era su baluarte, para que sintieran los efectos de su justa indignación.

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