No obstante, porque aunque el rey fue muy sincero en su arrepentimiento y agradable a Dios, y por lo tanto, el juicio se retrasó para su tiempo; sin embargo, el pueblo era en general corrupto y secretamente contrario a la piadosa reforma de Josías, como se desprende de las quejas de los profetas, especialmente Jeremías y Sofonías, contra ellos: y por la siguiente historia, en la que vemos que tan pronto como Josías fue ido, sus hijos, y los príncipes, y el pueblo, de repente y con avidez regresaron a sus abominaciones anteriores.

Porque: los pecados de Manasés y de los hombres de su generación; que concurrieron con él en sus prácticas idólatras y crueles, son justamente castigados en esta generación: debido al derecho soberano de Dios de castigar a los pecadores cuando lo considere oportuno: debido a esa declaración pública de Dios, de que visitaría la iniquidad de los padres sobre el hijos: y principalmente, porque estos hombres nunca se habían arrepentido sinceramente de sus pecados ni de los de sus padres.

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