Ruina, de una casa cayendo. Hebreo, "maldad". David cede ante la furia de los rebeldes, esperando que entren en sí mismos, sin derramamiento de sangre. Sale a pie, como un penitente, reconociendo la justicia de Dios. El miedo no lo impulsa a dejar Jerusalén, que era un lugar de tanta fuerza (cap. V. 6), ni sus asistentes son abandonados repentinamente por ese valor, que hizo que algunos de ellos fueran candidatos para todo un ejército. David dispone de todas las cosas con gran frialdad y prudencia. (Calmet) --- Quiere apaciguar a Dios. (Menochius)

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