Borracho con la sangre de los santos. Así era la Roma pagana, pues innumerables fueron los mártires a los que dio muerte, tanto en la extensión de sus vastos dominios, como incluso en su propio seno, la ciudad misma. Estas fueron las víctimas de las diez persecuciones planteadas por Roma contra los cristianos. Así era la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires de Jesús. (Pastorini)

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