Santificado, de manera extraordinaria, por encima de los demás. Estos sacerdotes, según San Agustín, son los hijos de Aarón y toda la raza de Leví, que pronto serían seleccionados por Dios. Pero otros piensan, son los que, por ley de la naturaleza, estaban acostumbrados a oficiar. O, como Dios había declarado que todos eran un reino sacerdotal, algunos de los jóvenes más bonitos e irreprochables de cada familia, habían sido elegidos para presentar víctimas, cuando la alianza con Dios iba a ser ratificada, cap. xxiv. 15. (Calmet)

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