Le respondió, "en un discurso", articulado y escuchado por todo el pueblo, como el hebreo, la Septuaginta, el siríaco, etc., íntimo. Muchos legisladores han pretendido que sus leyes vinieron del cielo. Pero no tuvieron testigos. Moisés lo hace todo abiertamente. Sus leyes son precedidas, acompañadas y seguidas de prodigios.

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