Con sangre. Era una cuestión de indiferencia en sí misma, como la fruta prohibida. ¡Pero Dios dio la prohibición, para mantener a la gente a una mayor distancia de empaparse las manos en la sangre de otros, que sin embargo sabemos que algunos han bebido! También afirmaría su dominio sobre todas las cosas; reservándose la sangre o la vida de los animales para ofrecerle en sacrificio, en lugar de la vida del hombre, Levítico xvii.

11. La sangre de los brutos es grosera y malsana. (Menoquio) --- Los apóstoles exigieron que esta ley fuera observada por los primeros cristianos, para que los judíos no se disgustaran: pero, después de que se les concedió un tiempo adecuado, la Iglesia consideró conveniente alterar esta disciplina. (San Agustín, contra Faust. Xxxii. 13.)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad