Por fraude conservado parte. [1] Ananías y su esposa Saphira habían hecho una promesa o voto de poner en acciones ordinarias el precio de lo que tenían que vender. Cuando vendieron el campo, resolvieron de mutuo acuerdo quedarse con parte del dinero para su uso privado y traer el resto, como si no hubieran recibido más. Prometido todo el precio, y por ese medio consagrado a Dios, San Agustín lo llama un fraude sacrílego, y San Juan Crisóstomo, un robo de lo que ya fue consagrado a Dios. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Defraudavit, griego: enosphisato. Intervertit aliquid de pretio. San Agustín, serm. xxvii. de verbis apostoli. Sacrilegii damnatur y fraudeis. Ver. San Juan Crisóstomo, hom xii. en Acta.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad