Vio y creyó. Todavía no creía que Jesús había resucitado de entre los muertos, porque aún ignoraba que iba a resucitar de entre los muertos. Porque aunque los apóstoles habían escuchado tantas veces a su divino Maestro hablar en los términos más sencillos de su resurrección, estando todavía tan acostumbrados a las parábolas, no entendieron e imaginaron que estas palabras significaban algo más. (San Agustín, tratado. 120. en Joan.)

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