En todo momento, no está en hebreo, pero ocurre algo parecido en el Samaritano y la Septuaginta. Según el hebreo, la impureza subsiste por algún tiempo después de que el problema ha cesado. Grocio finge que estos trastornos eran contagiosos; pero la razón por la que Dios requiere tal pureza en su pueblo, se da [en] el ver. 31. Él habitó entre ellos y no permitió ningún comportamiento irrespetuoso.

Había que vivir como sacerdotes en su templo. Los paganos de Egipto, Grecia e Italia requerían la misma atención a la limpieza de sus sacerdotes. (Herodes, ii.) --- Noctem flumine purgas. (Persius ii.) (Calmet)

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