Aquí podemos asombrarnos de la incredulidad de los jefes de los judíos, quienes, aunque deberían haber admirado su sabiduría, como algo divino, y haber creído en él, sólo se sorprenden de que haya escapado de su duplicidad y trampas. (Ven. Beda) --- Su orgullo debe haber sido muy herido, para haber sido refutado y confundido públicamente por la sabiduría de la respuesta de nuestro Salvador. (Teofilactus)

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