El reproche que hace a los escribas en este lugar, es similar al que había objetado contra los fariseos. (San Mateo xxiii. 5.) Ambas sectas estaban llenas del mismo espíritu de orgullo y vanidad, que se manifestaba en su vestimenta, en su exterior y en cada parte de su conducta. Si nuestro Salvador aquí los ataca en sus largas colas, u otras formas afectadas de su vestimenta, no pronuncia una condena absoluta de las cosas, que en sí mismas son indiferentes, sino su abuso de ellas, haciéndolas servir solo al propósito de la vanidad y afectación. (Calmet)

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