Un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Este fue un argumento de un cuerpo verdadero y real. Podemos darnos cuenta de que Cristo trajo tales pruebas, ya que sabía que eran suficientes para convencerlos de su resurrección, aunque no eran demostraciones en sí mismas. Porque cuando imaginaban que veían o tocaban un cuerpo, y que comían con ellos, estas cosas aparentemente podían ser hechas por un espíritu.

Ver Génesis xviii. ver. 9. y Génesis xix. ver. 3. y ver. 16. donde leemos que los ángeles, en forma de hombres, comen, y tomaron a Lot, a su esposa y a sus hijas,de la mano y los sacó de Sodoma. Nuestros sentidos, por lo tanto, a veces pueden ser engañados, como pueden ser mostrados por otros diversos casos. Pero los argumentos de los que Cristo nos hizo en este momento, para inducir a los apóstoles a creer en su resurrección, deben tomarse con todas las circunstancias: como 1º, con los testimonios corroboradores de las Sagradas Escrituras, en las que se predijo su resurrección; En segundo lugar, recordaron lo que él mismo les había dicho tantas veces, que resucitaría al tercer día; En tercer lugar, coincidieron también los testimonios ya dados por los ángeles de que había resucitado; Cuarto, los milagros de su muerte y resurrección; En quinto lugar, el mismo Cristo les abrió al mismo tiempo el entendimiento, para conocer y creer esta verdad, que verdaderamente había resucitado. (Witham)

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