Este lugar, sin duda, recibió su nombre de la gran cantidad de olivos que crecen en él. Estaba un poco fuera de Jerusalén, en el lado oriental, como a cinco estadios de la ciudad, según Josefo; pero debe entenderse de la parte más cercana, ya que San Lucas hace que la distancia sea el viaje de un día de reposo, es decir, ocho estadios, o una milla; a menos que supongamos que se refería a la cumbre de la colina, desde la cual ascendió nuestro Salvador.

(Hechos 1. 12.) El Sr. Maundrell dice: Yo y mis compañeros saliendo de Jerusalén, por la puerta de San Esteban y cruzando el valle de Josafat, comenzamos inmediatamente a ascender a la montaña; y estando como a dos tercios del camino hacia arriba, llegamos a ciertas grutas, excavadas con intrincados recovecos y cavernas, subterráneas, que fueron llamadas los sepulcros de los profetas; que un poco más arriba, había doce bóvedas arqueadas bajo tierra, una al lado de la otra, y construidas en memoria de los apóstoles, de quienes se dice que compilaron su credo en este lugar.

Sesenta pasos más arriba, llegamos al lugar donde se dice que Cristo pronunció su profecía sobre la destrucción final de Jerusalén; y un poco a la derecha, a otro, donde se dice que dictó (por segunda vez) la oración del Señor a sus discípulos. Un poco más arriba, viene una santa llamada Pelagia; un poco más abajo, una columna que denota el lugar donde un ángel avisó a la Santísima Virgen con tres días de su muerte; y, en la cima de todo, vimos el lugar de la ascensión de nuestro bendito Señor.

Vea El viaje de Maundrell a Jerusalén. --- En griego, estar entre Betfagé y Betania. Betania, que acababan de dejar, estaba a una milla y media de Jerusalén: Betfagé estaba entre las dos. (Biblia de Vence)

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