Muchos de los que viven en la actualidad se estremecen al pensar en el horrible e inexpresable crimen de Judas, al traicionar a su Maestro, a su Señor y a su Dios, y sin embargo no se preocupan por evitar la misma maldad; pues, tantas veces como por una pequeña ganancia descuidan los deberes de la fe y la caridad, se vuelven traidores a Dios, que es caridad y fe. (Ven. Bede)

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