Caifás, para despertar su odio contra lo dicho, rasgó sus vestiduras y se privó así de la dignidad sacerdotal, transgrediendo el precepto; el cual, hablando del sumo sacerdote, dice: No se descubrirá la cabeza, ni rasgará sus vestidos. (Levítico xxi. 10.) (San León el Grande) --- Al rasgar el sumo sacerdote sus vestiduras, muestra que el sacerdocio judío, a causa de sus crímenes, ahora se disolvió; mientras que la túnica de Cristo, por la que se prefigura la única verdadera Iglesia Católica, era sin costuras y no podía dividirse. (Ven. Bede)

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