Estaban sumamente turbados, no pudiendo comprender el misterio de los sufrimientos y muerte de Cristo, que eran tan opuestos a las naciones que tenían del glorioso reino del Mesías. (Witham) --- Este dolor fue la consecuencia de su apego a su divino Maestro. Como notan San Marcos y San Lucas, ignoraban la palabra que se decía. Entendieron muy bien que sería condenado a muerte, pero no comprendieron suficientemente la brevedad de su descanso en la tumba, la naturaleza de su resurrección triunfante ni los inestimables beneficios que su muerte traería al mundo. (San Juan Crisóstomo, hom. Lix.)

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