Tanto bueno como malo. Cristo había dicho antes a los judíos que las rameras y los publicanos debían heredar el reino de los cielos con preferencia a ellos, y que los primeros serían los últimos, y los últimos, primeros, cuya preferencia de los gentiles atormentaba a los judíos más que incluso la destrucción. de su ciudad. (San Juan Crisóstomo, hom. Lxx.) --- Buenos y malos, personas de toda tribu, lengua, pueblo, nación, sexo y profesión, sin excepción de personas o condiciones. Por tanto, es evidente que la Iglesia de Dios no se compone únicamente de los elegidos; y que la fe sola, sin el hábito de la caridad y las buenas obras, no será suficiente para salvarnos. (Bristow)

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