Salieron, pues, aquellos siervos por los caminos, y juntaron a todos los que hallaron, malos y buenos; y la boda estuvo provista de invitados.

Salieron, pues, aquellos siervos por los caminos, y juntaron a todos los que encontraron, tanto malos como buenos , es decir, sin hacer distinción entre los pecadores manifiestos y los moralmente correctos. El llamado del Evangelio se encontró entre judíos, samaritanos y paganos de la periferia por igual. Hasta aquí la parábola responde a la de 'la Gran Cena:', etc. Pero el rasgo distintivo de nuestra parábola es lo que sigue:

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