No somos dignos. El Todopoderoso sabía muy bien que no eran dignos; todavía les enviaba estas invitaciones que se repetían con frecuencia, para que se las dejaran sin excusa. (San Juan Crisóstomo, hom. Lxx.) --- Aquí se significa más de lo que transmite la simple letra; no sólo eran menos dignos de las nupcias, sino por su grandísima obstinación, ingratitud e impiedad, absolutamente indignos. No así los gentiles. (Jansenius) --- Por eso Cristo dice:

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