Y me visitaste. ¡Cuán fáciles son las cosas que nuestro Salvador requiere de nuestras manos! No dirá en el día del juicio: "Estuve en la cárcel y me libraste; estuve enfermo y me sanaste; pero sólo esto, me visitaste, viniste a mí". (San Juan Crisóstomo, hom. Lxxx.) --- Esto parece especialmente dirigido a los cristianos comprometidos en los cuidados del mundo, cuya salvación depende principalmente de la práctica de las obras de misericordia.

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