Temió y glorificó a Dios. Aquí puede observarse que el pueblo, antes de alabar, temía a Dios, porque el temor de Dios es el principio de la sabiduría. Y San Basilio dice que el miedo, como buena guía, nos lleva necesariamente a la piedad; y la caridad nos lleva, después de habernos ejercitado un poco en el miedo, nos hace hombres perfectos. (San Basilio)

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