Observancia. Hebreo, "ceremonia". Septuaginta, "distinción, ( diástole, San Agustín, q. 33,) u ordenanza". (Calmet) --- Víctima. Hebreo, "ordenanza de la ley". (Du Hamel) --- Una vaca roja, etc. Esta vaca roja, ofrecida en sacrificio por el pecado, y consumida con fuego fuera del campamento, cuyas cenizas, mezcladas con agua, debían ser expiadas y purificadas las impuras; fue una figura de la pasión de Cristo, por cuya sangre preciosa, aplicada a nuestras almas en los santos sacramentos, somos limpiados de nuestros pecados.

(Challoner) --- Edad, tres años. Algunos traducen "completamente rojo". Suponen que estas regulaciones están en oposición a las costumbres de los egipcios, que nunca sacrificaron la vaca, considerándola sagrada para Isis o para la luna. Spencer (Rit. Ii. 15) agrega, que el color rojo estaba anteriormente en la estimación más alta; y esta víctima representó la muerte de Cristo, quien expió nuestras impurezas.

Los egipcios inmolaron toros de color rojo, por odio a Tifón, y para apaciguar a ese dios peligroso, a quien representaron perfectamente rojo. Plut. [¿Plutarco?] (Isis) observa que odian a todos los animales de ese color; y los Copth arrojaron un asno rojo por un precipicio. Los antiguos reyes de Egipto sacrificaron hombres rojos en la tumba de Osiris o Dyphon; (Diodoro, Bib. 1,) y Manetón nos asegura, que esparcieron sus cenizas al viento.

Si esta costumbre prevaleció en los días de Moisés, no es de extrañar que enseñe a los hebreos a tener tan poco miedo a Tifón, como incluso a elegir una vaca roja de preferencia para purificarse. --- Yugo. Tales víctimas fueron generalmente elegidas por los romanos, griegos y egipcios, como más delicadas y respetuosas. Intacta totidem cervice juvencus. (Georg. IV .; Bochart, anim. 2. 33.) San Jerónimo (ep.

27,) dice que se sacrificaba una vaca roja cada año, ya que en realidad una sería un requisito para todo el pueblo, aunque los rabinos pretenden que solo siete, o diez como máximo, fueron tratados de esta manera, desde Moisés hasta la destrucción. del templo por Tito. (Drusius)

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