Hasta. En hebreo, "y el agua que causa la maldición entrará en ella amarga". Según Josefo, el marido celoso arrojó primero un puñado del gomer de harina de cebada sobre el altar y dio el resto al sacerdote; y una vez terminadas las demás ceremonias, la mujer bebió el agua y tuvo un hijo en diez meses o murió con las marcas de la infamia. (B. [¿Antigüedades?] Iii.

11. Editar. Berna.) Algunos rabinos dicen que se puso lívida y podrida, aunque podría quedarse una parte del año. (Sotæ iii.) Pero si resultaba inocente, adquiría una nueva belleza y salud, y daba a luz con la facilidad de un hijo. (Maimónides) (Haydock)

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