San Agustín dice que por ley de las acciones se entiende aquello que nos enseña lo que tenemos que hacer: por ley de la fe se entiende la fe misma, que nos obtiene la gracia de realizar lo que la ley exige. La ley de acción, entonces, es la ley antigua, que contiene el precepto; la ley de la fe es la nueva ley, que ayuda a cumplir la ley. (De Spir. & Lit. cap. Iv.)

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