Y será, cuando oigas el ruido de una marcha en las copas de las moreras, el susurro causado por una fuerte brisa que se levanta repentinamente, que entonces saldrás a la batalla, en un ataque inesperado contra los enemigos desde el trasero; porque Dios ha salido delante de ti para derrotar al ejército de los filisteos, dependiendo de él el éxito de toda la campaña.

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