pero Natán, el profeta, y Benaía, y los valientes, a quienes no había podido interesar, y a Salomón, su hermano, no llamó, lo omitió a propósito de la invitación, ya que estaba informado de los planes de David para su sucesor, y su propósito era anular el propósito de su padre y poseer el trono.

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