Y la mujer dijo a Elías, quien por este milagro había demostrado ser un tipo del gran Maestro y Señor de la muerte: Ahora, por esto sé que eres un hombre de Dios, su convicción ahora era más segura, y que la palabra del Señor en tu boca está la verdad, para ser aceptada con fe implícita. El ejemplo de la viuda de Sarepta muestra que el Señor tiene a sus elegidos en medio de un pueblo reprobado

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