Por tanto, que nos den dos bueyes, para que la cuestión se decida públicamente; y que ellos, los sacerdotes de Baal, escojan un becerro para sí, lo corten en pedazos y lo pongan sobre leña, y no pongan fuego debajo, y yo prepararé el otro becerro, y lo pondré sobre leña, y no pondré fuego debajo

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