Y Adonías, el hijo de Haggith, que de ninguna manera había abandonado su intención de poseer el reino, llegó a Betsabé, la madre de Salomón, con la esperanza de alcanzar su objetivo a través de la influencia de esta mujer. Y ella dijo: ¿Vienes en paz? La experiencia pasada la había vuelto cautelosa. Y él dijo, pacíficamente, fingiendo amistad y ocultando su verdadero propósito en todo momento.

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