Y Adonías hijo de Haggit vino a Betsabé, madre de Salomón. Y ella le dijo: ¿Vienes en son de paz? Y él respondió: Pacíficamente.

Adonías... vino a Betsabé. La pregunta de ella, "¿Vienes en paz?", revela una aprensión que su reciente conducta bien podría justificar; pero su piadoso reconocimiento de la voluntad divina parecía indicar un consentimiento tan completo en el arreglo de la sucesión, que, en su simplicidad femenina, ella no percibió la profunda astucia y el malvado designio que se ocultaba bajo su petición, y se dispuso a promover sus deseos.

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