El rey dijo además a Simei, recordándole su maldad anterior, que, según todas las apariencias, aún no había dejado de lado: Tú conoces toda la maldad de la que tu corazón está al tanto, que su corazón conocía y pensaba continuamente, que tú hiciste con David, mi padre; por tanto, el Señor volverá tu maldad sobre tu propia cabeza, ahora tenía que sufrir las consecuencias de su crimen;

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