Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, a quien inmediatamente se distinguió por su vestimenta real, dijeron: Ciertamente es el rey de Israel. Y. se desviaron para luchar contra él, volvieron sus carros en su dirección; y Josafat gritó, ya sea llamándolo por su nombre o gritando a sus propios soldados que acudieran en su ayuda.

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