Y sucedió que cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, transmitidas por los miembros de la embajada, se regocijó mucho y dijo: Bendito sea el Señor en este día, que ha dado a David un hijo sabio sobre este gran gente. Los gobernantes buenos y sabios son un regalo de Dios y deben ser reconocidos como tales.

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